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Blog

Fui criado por una madre optimista y un padre pesimista. Mi madre fue probablemente la persona más feliz, divertida y amable que jamás podrías conocer. Ella se aseguró de criarme con una mentalidad altruista, deseando nada mas que el bien para todo el mundo y haciendo todo lo posible para ayudar a la gente.

Cuando empecé a aprender y madurar, le pregunté por qué estaba ayudando a algunas personas que realmente no le agradaban. Su respuesta fue simple. "Todo el mundo puede estar mejor y ayudarlos ayuda a la comunidad recuerda, "la marea alta es para todos los barcos.”” No tenía idea de que su mensaje lo iba a recordar constantemente mientras estudiaba economía más tarde cuando asistí a la universidad.

Imagínate entrar en la oficina de un prospecto y decirle: "Tengo un problema, tengo un peso sobre mi espalda y quiero pasártelo". Cualquier persona normal no te va a decir, "Genial, pásamelo y déjame cargarlo junto con el peso acumulado que traigo". Como entrenador de ventas, paso tiempo con bastantes personas que tienen grandes colecciones problemas. Han aceptado que los problemas de los clientes son realmente suyos. Desafortunadamente, estas acumulaciones de problemas tienen algunas consecuencias.

La semana pasada, me encontraba en un restaurante de comida rápida. Este restaurante se jacta de haber servido a más de seis mil millones de comensales.

Sin embargo, las personas delante de mí parecían estar por primera vez en el restaurante; simplemente no podían decidir entre qué pedir. Llamarlos indecisos sería un insulto a los equívocos de todo el planeta.

Las PyME´s generalmente no crecen por que no implementan sistemas y procesos en sus negocios. La mayoría de los dueños busca vendedores "experimentados". La mentalidad es contratar a alguien, enseñarles las especificaciones de sus productos/servicios y salgan a vender. ¿Cuál es el problema? Si contratamos vendedores con experiencia, una vez que memoricen los productos y servicios, deberían de vender automáticamente. ¿Cierto?

Empieza el “March Madness”, la cual disfruto pero no siempre por las mismas razones que mis amigos lo hacen. Debido a mi profesión de vendedor, es divertido ver a los equipos de trabajo poner en acción sus estrategias y después ver cómo estas estrategias pueden aplicar en mi profesión. Y lo que destaca temporada tras temporada es lo predecible que estas técnicas se han vuelto y lo fácil que se pueden contraatacar. Lo mismo sucede en ventas. “La mejor defensiva”, lo escucharás en muchos deportes “es la ofensiva”. Eso suena bien y puede que haya casos en los que sea verdad, sin embargo no creo que se pueda aplicar ni en baloncesto ni en ventas.